¿Por qué nos es difícil cumplir con nuestros propósitos de año nuevo?
- Miriam Gómez Estrada
- 3 ene 2019
- 2 Min. de lectura

Plantearse una serie de intenciones que se ven reflejadas en propósitos de año nuevo no es complejo, lo difícil estriba en lograr ver realizados dichos propósitos; el enfocarse en hacer las cosas necesarias que dirijan al cumplimiento de éstos, a veces resultan ser todo menos agradables debido al esfuerzo constante que implican.
Siendo el tercer día del año 2019, se tiene a favor un alto nivel de motivación, pues justamente es el momento que se caracteriza por interiorizar en las personas un fuerte sentido de "querer hacer".
Creer que la motivación es el impulso suficiente para accionar no es del todo correcto; ya que se debe considerar que la motivación está condicionada por los estados de ánimo, los cuales son naturalmente cambiantes en las personas. Es decir, si se tiene un día bueno, no costará ningún esfuerzo hacer lo que corresponde, pero ¿Qué es lo que sucede cuando el estado de ánimo no es el mejor? En respuesta a lo anterior, en reiteradas ocasiones se prefiere pasar de largo y sin ver antes que hacer.
Existe un término conocido como "Necesidad de gratificación inmediata" que dicho en otras palabras, hace referencia a la satisfacción instantánea de cualquier deseo. Basta ver la realidad actual para darse cuenta, que ésta necesidad no discrimina a ninguna persona, pues como sociedad nos hemos acostumbrado a tener todo lo que se desea en el menor tiempo posible.
Enlazando lo anterior con el planteamiento de propósitos, se muestra el siguiente ejemplo:
-Una persona se propone año con año bajar de peso, y así mismo, año con año no logra su objetivo ¿Qué es lo que ocurre en la persona que le imposibilita cumplir con dicho propósito?-
Bajar de peso implica al menos dos cosas básicas:
1. Someterse a un plan alimenticio saludable.
2. Realizar actividad física.
Un propósito es más que una intención, es la incorporación de nuevos hábitos a la vida cotidiana, objetivamente en el caso anterior, ambas situaciones incluyen un actuar constante que se verá traducido en resultados tangibles en un mediano plazo. Si la persona se asume con la "motivación" suficiente, hará lo necesario sin ningún problema; pero salen al aire varias preguntas: ¿Cuánto durará esa motivación? ¿Qué ocurrirá después?... Si el hábito fue bien adquirido, se convertirá en un estilo de vida, de lo contrario, acudiremos a la gratificación inmediata, la cual hace que se actúe por impulso ¿Para qué empezar la "dieta hoy" si se tienen 12 "meses" para cumplir ese objetivo? Finalmente es más fácil darse un gusto culinario que apegarse en su totalidad al nuevo régimen de alimentación.
De manera silenciosa nos hemos convertido en producto de esa inmediatez.
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Miriam Gómez I Consultoría Psicológica
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