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Tu hijo... ¿No logra controlar su esfínter nocturno?

  • Miriam Gómez Estrada
  • 7 sept 2018
  • 3 Min. de lectura


Es importante entender que cada niño es diferente y por tanto, el desarrollo varía de un niño a otro; de tal manera que no existe una edad específica para que el niño aprenda a realizar su control de esfínteres. Generalmente este proceso puede ocurrir entre los 18 y los 24 meses de edad, partiendo siempre de la premisa de que cada niño tiene su propio ritmo de desarrollo y que lo aprenderá cuando su cuerpo se encuentre preparado, claro está, acompañado siempre de las enseñanzas y tranquilidad por parte de su familia, por lo que no debe volverse una situación agobiante ni para los hijos ni para los padres.


Lo que conocemos comúnmente como "mojar la cama" o como "enuresis nocturna" hace referencia a aquella acción involuntaria que ocurre durante el sueño en un periodo continuo de tres meses y con manifestaciones que van de dos o mas días durante la semana en niños que siguen sin controlar este proceso y que para cuya edad se considera ya deberían hacerlo. (Más de 5 años).

Existen varias razones del por qué un niño no es capaz de controlar su esfínter nocturno y que no siempre están asociadas a la raíz psicológica pero que en la mayoría de los casos si impacta en las emociones al sentirse angustiados, acomplejados o preocupados por tal situación.


Por ejemplo, se ha encontrado que puede basarse en factores genéticos o de transmisión genética, ya que se sabe que un niño nacido de unos padres en donde ambos fueron eneuréticos, existe una probabilidad de un 75% de padecerla, o bien, si solo uno de los padres fue eneurético las probabilidades se reducen a un 45%, por otra parte también puede tener su causa en un retraso en la maduración vesical, por ello, es importante realizar una visita al pediatra para descartar la ausencia de estos factores.

Pero... ¿CÓMO PODEMOS APOYAR A NUESTROS HIJOS DESDE CASA?

Te invito que eches un vistazo a las siguientes recomendaciones y que partas de lo que consideras funcional en este apartado para incluirlas dentro de tu rutina diaria:


1. Es necesario tener un control exacto de la frecuencia con la que el niño moja la cama, para ello realiza un monitoreo apoyándote de un "Tablero de control", esto te servirá para hacer comparativos y visualizar el avance de tu hijo.

2. Procura que tu hijo ingiera líquidos por última vez en un lapso no mayor a las 20:00 horas y no más de 250 ml, considerando que su hora de dormir sea entre las 22:00 horas (deja un tiempo de dos horas sin líquido antes de que vaya a la cama).

3. Acudir al baño antes de ir a la cama, para asegurar que la vejiga se encuentre vacía a la hora de ir a dormir.

4. Plasma los logros de tu hijo a través de un calendario; lo pequeños son muy visuales, por lo que les encanta ver su tablero lleno de estrellas; coloca una estrella por cada día seco y una nube por cada día mojado.

5. Monitorea cual es el periodo de tiempo en que tu hijo suele orinarse por las noches, para ello tendrás qué estar al pendiente de las horas en las que todavía se encuentra seco para invitarlo al baño a vaciar su vejiga y así evitar accidentes.

6. Como apoyo al punto anterior, utiliza una alarma, así el niño irá asimilando que cada vez que suene ésta, es tiempo de ir al baño nuevamente.


LO QUE DEBES EVITAR...


Recuerda ante todo, que el mojar la cama es una acción totalmente involuntaria por parte de tu hijo. Así que te sugiero que tomes en cuenta los siguientes puntos:


1. NO FORZAR, debes de entender que es un proceso totalmente natural, por tanto no debes de presionar a tu hijo. Deja que fluya de manera tranquila.

2. EVITA LOS REGAÑOS, esta conducta solo hará que tu hijo se sienta torpe o incapaz de realizar este proceso, por lo que los gritos, las burlas, o castigos pueden impactar directamente en su autoestima e inclusive provocar en el niño un rechazo por su cuerpo.

3. RECONOCE sus avances y su disposición, es decir, si el niño tuvo un día seco, utiliza frases como: "Juntos podemos hacerlo", de esta manera el niño sentirá tu apoyo y compañía, por el contrario, si tuvo un día mojado, utiliza frases como: "Tranquilo, hoy en la noche tenemos otra oportunidad para lograrlo". Bastan este tipo de reforzadores para mantener motivado a tu hijo.

4. MANDA EL MENSAJE CORRECTO, asegúrate que tu actitud sea congruente con tus palabras.


Recuerda que lo más eficaz para tratar este tipo de situaciones son los tratamientos combinados (pediatra, psicólogo y padres).



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Miriam Gómez I Consultoría Psicológica

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